martes, 24 de noviembre de 2009

El objeto de intervención del Trabajo Social y su constante redefinición


¿Debemos replantear el objeto del Trabajo Social en relación a su verdadero sentido?¿De qué forma el objeto de intervención puede llegar a ser una construcción clave para la concreta solución de problemas y necesidades?

La pregunta fundamental que ha trastocado a fondo las disciplinas de las ciencias sociales ha sido por mucho tiempo; el objeto de estudio a la cual éstas deben sustento y valor. Es de suma importancia, saber que lo que diferencia una ciencia de otra, es su objeto formal y junto a esto diferenciar el trasfondo, las causas y consecuencias que implica identificar dicho objeto de las demás ciencias.
En primer lugar, para entender qué es el objeto, nos remontaremos hacia sus raíces del latín abjectum, abjectus, objicere, que significa lo opuesto al subjectum. Y a su vez de la definición de la RAE que se refiere al objeto como:

Todo lo que puede ser materia de conocimiento o sensibilidad de parte del sujeto, incluso este mismo. Materia o asunto de que se ocupa una ciencia o estudio. Fin o intento a que se dirige o encamina una acción u operación. (Real Academia Española)

Por lo tanto, estas simples definiciones nos remontan a entender al objeto como el fin que pretende toda ciencia lograr y que es materia de estudio para el sujeto y para sí mismo.Toda ciencia o disciplina social tiene: idéntico objeto material: binomio hombre-sociedad y distinto objeto formal que le da especificidad. Esto quiere decir que, toda ciencia necesita como forma de conocimiento la relación entre el hombre y su sociedad, ya que el ser humano no se encuentra sólo y es el medio social el que lo dota de diversas relaciones sociales que le van dando la riqueza para validarse en el tiempo, y a su vez toda ciencia debe tener un objeto específico que la diferencie de las demás disciplinas.

Debemos considerar que esta interrogante ha dado al Trabajo Social, la base teórica y práctica que la disciplina necesitaba para sustentarte en las ciencias sociales. La pregunta fundamental es ¿Qué es lo que diferencia al Trabajo Social de las demás disciplinas? Pues es su objeto de estudio, y a continuación trataré de vislumbrar y dejar claro a qué se refiere el objeto del Trabajo Social, y el porqué ha dotado a nuestra disciplina de tantos deseos de equidad y justicia social.

A lo largo del desarrollo de nuestra disciplina, diversos autores han planteado lo que significa para cada uno de ellos el objeto del Trabajo Social. Si bien en un comienzo, la urgencia de la búsqueda por el remedio social, llevó a caer en el error de definir la materia social desde una perspectiva práctica y no conceptual. Esto dificultó mucho el desarrollo de nuestra disciplina; debido a que la aprehensión intelectual de los problemas, es un requisito previo para resolverlos. Para entender esto, debemos hacernos la pregunta ¿Podríamos interactuar en la sociedad, si no tuviésemos el material conceptual necesario para llevarlo a su práctica? La respuesta es no, puesto que lo conceptual debe ser un requisito para llevar a la práctica nuestros objetivos y así generar un equilibrio entre lo conceptual y lo práctico para a través de un método correcto llegar hacia el objeto de intervención del Trabajo Social.

Para definir el objeto, debemos tener en cuenta que no es una tarea sencilla, por lo que debemos entender que tal definición puede ser planteada por distintos tipos de paradigmas y por tanto las definiciones de éste mismo pueden variar. Sin embargo debemos tener claro que el objeto del Trabajo Social, se forma a partir de las variaciones entre el individuo (que muchas veces se encuentra desajusto y anómico), y una situación problema de la persona en cuestión. Por lo que lo que le preocupa principalmente al Trabajo Social, son las necesidades sociales de la humanidad, y solucionar así, los diferentes problemas que perjudican a los sujetos.
Cabe mencionar aquí, el error por el que se llegado a identificar el objeto del Trabajo Social, sólo con el problema social. Y a partir de esto, Nidia Aylwin nos propone una redefinición efectiva del Trabajo Social en términos del problema social.

“Aylwin expresa el ‘problema’ como “un obstáculo para la obtención de una meta e implica una relación entre sujeto y objetivo”, y entiende por ‘problema social’, “la dificultad existente en una sociedad para satisfacer las necesidades básicas de sus miembros”. El problema se produce en las relaciones individuo sociedad y sus consecuencias preocupan a-y repercuten en – grupos amplios del conjunto social” (Aylwin En: Zamanillo T. y Gaitán L; Año 1992; Pág. 70)

Así es evidente que debemos redefinir el objeto del Trabajo Social, teniendo en cuenta que dicho objeto es más que un problema, es en términos generales un proceso que se da entre la interacción del individuo y la situación vivida por este. Para ello es preciso lograr la ruptura epistemológica que permita ir más allá del objeto real sensible y reunir los elementos que componen la estructura del objeto científico.

“Lo distintivo del trabajo social es la perspectiva totalizadora, su rol generalista en cuanto a los problemas sociales y a sí mismo su forma particular de aproximarse a éstos, al verlos no como abstracciones, sino encarnados en seres humanos” (Aylwin En: Zamanillo T. y Gaitán L; Año 1992; Pág. 70)

A partir de esto podemos decir que el objeto de estudio del trabajo social es un objeto de intervención el cual se va construyendo con el análisis de los problemas sociales, y se centra como he dicho anteriormente en la dialéctica individuo-sociedad, en la que coexisten como opuestos interdependiente; un hombre coaccionado, y una sociedad que es la que provoca situaciones de opresión, desigualdad e injusticia. Por lo tanto, como Trabajadores Sociales, debemos ser capaces de sentir en lo más profundo cualquier injusticia, en cualquier parte del mundo, y junto a nuestras capacidades y aptitudes para intervenir en la sociedad, generar las instancias para poder llegar a intervenir en las necesidades fundamentales sobre el objeto de nuestra profesión.

“En las interacciones del hombre con su medio surge una relación problemática que obstaculiza el desarrollo de aquél. En la génesis de esa problema se encontrarían fenómenos estructurales, tanto de la estructura social (sistemas culturales, organización social, estructuras de clases, mecanismos de poder, etcétera), como de la estructura de la personalidad (capacidades, actitudes, condiciones morales, autonomía o dependencia, etcétera) (Zamanillo T. y Gaitán L; Año 1992; Página.71)

Todo este problema social, genera malestar, que es el concepto opuesto a bienestar, y que es la base del conflicto del individuo y su sociedad. Por lo que debemos tener en cuenta que el objeto del Trabajo Social se orienta a lo relativo del malestar social, y su objetivo será primordialmente el cambio de actitudes que mejoren la adaptación del sujeto en la sociedad.

La importancia de definir lo que es el objeto del Trabajo Social radica en que somos los profesionales del futuro y es por esto que nos enfrentaremos a diversas problemáticas, todas estas con un sinfín de realidades y problemas de intervención, en donde necesitaremos delimitar los aspectos de una necesidad social, como también aspectos capaces de enfrentar. Por lo tanto, cuando se tenga un concepto amplio de conocimientos y se logre identificar y definir el problema objeto de estudio para la disciplina, la identificación de usuarios interesados, el reconocimiento de los espacios utilizados, los aspectos que serán abordados y la forma de intervención, es como daremos contenido a nuestra acción, y así podremos identificar las necesidades sociales; como punto de partida de toda acción social, para luego emprender el camino de la investigación y la correcta y concreta intervención.

“El conocimiento de las necesidades sociales, es por tanto el punto de partida de toda acción social y se constituye en el aspecto central de nuestra definición del problema objeto de intervención; la forma cómo se entiendan e interpreten las necesidades sociales es un factor determinante para establecer el contenido de nuestro “sobre qué actuar” (CELATS; Año 1997; Pág.107).

Por lo tanto esa último párrafo responde a la pregunta planteada al comienzo de este artículo, el objeto de intervención sólo puede llegar a ser una construcción clave para la satisfacción de necesidades, sí este se entiende e interpreta de una forma en que se comprendan dichas necesidades y se opte para alcanzar la justicia social, a través de un método de investigación que lleve a conocer el objeto planteado en su máxima expresión.

La investigación como medio para definir el problema objeto de intervención

La investigación es un riguroso proceso de operacionalización, que codifica la realidad que estudia y las nociones que utiliza. Es un trabajo de construcción en el pensamiento de objetos investigables o hechos científicos a partir de las inquietudes que motivan los hechos reales que como Trabajadores Sociales investigaremos. En términos generales una investigación, es un proceso para lograr respuestas a interrogantes, a través de un método, técnicas, procedimientos y objetivos. Se trata básicamente de responder a las interrogantes de ¿cómo conocer un problema?, y de ¿cómo podemos organizarnos para ello?.

“La investigación es un instrumento que nos ayuda a llevar a cabo nuestro objetivo principal, intervenir en una situación para modificarla. Es por estas consideraciones que se hace tan complejo definir el problema objeto de intervención, tenemos no sólo que conocerlo e interpretarlo, sino establecer cómo podemos modificarlo y hasta dónde” (CELATS; Año 1997; Pág.113)

Por lo tanto, al Trabajo Social, se le plantean interrogantes, las cuales debemos llegar a investigar para poder intervenir de una manera efectiva en nuestra sociedad. Somos agentes de cambio y está en nosotros cambiar y reflexionar sobre la realidad impuesta, para así entrar en el mundo de la investigación, entendiendo que esta última no sólo debe llevarnos al aporte de conocimientos, sino que también ayudar a modificar la realidad en cuestión. La investigación nos abre la posibilidad de lograr una visión integral de las múltiples actividades en las que se desenvuelve nuestra disciplina, y es el medio de hallar sentido a los hechos aparentemente dispersos que observamos.

La investigación consta de 8 fases distintas, las que aplicadas en cada caso, darán una solución al objeto de estudio del Trabajo Social, estas son:
1.-Selección del problema
2.-Identificación y formulación
3.- Desarrollo de una estrategia
4.-Recolección de datos o información
5.- Manejo, organización y análisis de datos o información
6.- Conclusiones e interpretaciones de los resultados
7.- Informe que da cuenta de la investigación
8.-Aplicación

Ejemplo del objeto y de su aplicación gracias a la investigación.

A modo de dejar en claro el proceso de investigación que tiene el Trabajo Social, a continuación se ejemplificará una situación problema que como Trabajadores Sociales a la hora de llevarla a cabo, debemos saber intervenir.
Pongamos como ejemplo, de una familia, donde la hija menor es retraída y tímida en el colegio, la cual presenta una depresión endógena producto de que existen problemas de gran tamaño dentro de su hogar, debido a que el padre es alcohólico y cada vez que llega a su casa comienza a golpear a su madre.
Entendemos que el problema principal es la depresión por parte de la hija menor, lo que la hace actuar de manera retraída hacia la sociedad, pero debemos entender a su vez que existen más variables que nos llevarán a encontrar el principal objeto de intervención.
Por lo tanto, el mayor problema radica en que debido a las constantes peleas de los padres de Constanza, producto del alcoholismo por parte del padre específicamente, ésta ha comenzado a tener una depresión endógena, que no le permite desarrollarse interpersonalmente con sus compañeros de curso producto de su retraimiento y aislamiento. El problema se presenta aquí como un círculo vicioso, donde es a partir de un padre alcohólico como se van produciendo diversos problemas intrafamiliares, los que repercuten claramente en la hija menor.
Un Trabajador Social debe saber ejecutar y analizar dicho problema social de manera en que vislumbre los principales manifestaciones del problemas dentro del sujeto específico de intervención y de la familia en general.

Manifestaciones dentro del individuo

1.- Cambios en el comportamiento y en la conducta: Producto del problema principal, la niña comienza a tener conductas pasivas, en donde poca validez le encuentra a su entorno.
2.- Área afectiva emocional del sujeto: Debido al alcoholismo de su padre, la niña comienza a bajar su autoestima, lo que le produce una depresión endógena.
3.- Relaciones interpersonales: No presenta relaciones interpersonales ya que se encuentra aislada la mayoría de las veces.
Manifestaciones dentro de la familia

1.- Cambio en las relaciones familiares: Puesto que comienzan a llevarse mal y a golpearse seguidamente, lo que la hija menor percibe y la lleva a ésta depresión.
2.- Áreas afectivas emocionales se encuentran alteradas en los miembros de la familia: Puesto que los integrantes de la familia tanto madre como padre comienzan a irritarse con facilidad y en contraposición a ellos, la niña cae en una profunda depresión que la mantiene aislada la mayor parte del tiempo.

Al saber las principales causas del porqué se produce y las consecuencias que éste mismo tiene, gracias a la investigación que como Trabajadores Sociales debemos saber realizar, se puede llegar a vislumbrar posibles soluciones y objetivos dentro del problema.
En el caso de la familia en general, como Trabajadores Sociales debemos ser capaces de llegar a intervenir al punto de lograr una atención médica y psicológica a la niña, además de asistir por parte de la menor a sesiones encargadas por el Trabajador Social en cuestión. También se le debe hacer un tratamiento de alcohol al padre de la niña, puesto que causa de esto se produjo todo el problema principal.
Sólo con una buena investigación social; se podrá llevar a cabo los objetivos del Trabajo Social, que son básicamente la satisfacción de las necesidades que proclaman los usuarios, para así poder llegar hacia un mundo más justo, sano, libre y equitativo.



Bibliografía:
CELATS, (1997). La práctica profesional del trabajador social, Módulo II, El problema del Objeto de la intervención de Trabajo Social. Elementos teóricos de la Guía de análisis. Hvmanitas: Buenos Aires. - CELATS.

Zamanillo Teresa, y Gaitán Lourdes, (1992). Para Comprender el Trabajo social. Capítulo 3, Tema 3: El Objeto. Verbo Divino: Navarra. Pág. 66-70.

domingo, 11 de octubre de 2009

Una mirada acerca del método del trabajo social en el dilema epistemológico de las ciencias modernas.


¿Debemos replantearnos como Trabajadores Sociales la labor de nuestra profesión en el siglo XXI?

¿Existe sólo un método del trabajo social, que nos llevará hacia una correcta ejecución de nuestros objetivos?


Con la llegada de la modernidad, las sociedades se vieron alteradas profundamente, debido al cambio de mentalidad en donde sociedades regidas por un paradigma teológico o divino pasaron a ser dominadas por el uso de la razón y la ciencia.

Es a partir de esta transformación, como se fueron buscando nuevas formas de conocimiento, en donde efectivamente se encontraron diversas maneras de conocer la realidad, y a modo de sustentar dichas teorías de las ciencias sociales, emergió la Epistemología. Entendemos a ésta esencialmente como el estudio crítico de los principios, las hipótesis y los resultados de las diversas ciencias sociales, siendo así los pilares que hacen posible su propia sustentación.


El agotamiento de los paradigmas explicativos de las ciencias sociales y la incertidumbre que provoca vivir en un mundo moderno y globalizado; debido a que es en éste nuevo paradigma donde existe un mayor dominio sobre la realidad y por lo tanto mayor tendencia a dudar debido a la gran gama de teorías existentes; provocan la necesidad de replantearse el papel que como Trabajadores Sociales debemos cumplir en la sociedad, asumiendo una actitud crítica que nos haga situarnos en la reflexión y análisis sobre la metodología de nuestra profesión.

Declarar así preocupación por el método de intervención en nuestra profesión es considerar las implicaciones epistemológicas que se le plantean al Trabajo Social, para así darle sentido a la acción profesional; por lo tanto el Trabajo Social debe plantearse la pregunta epistemológica de cómo conocer planteamientos verdaderos a partir de todas las dudas que se puedan tener, porque sólo con un buen sustento epistemológico, se puede llegar a conocer la realidad social.


En primer lugar, para entender qué es el método, nos remontaremos hacia sus raíces griegas; en donde meta significa hacia y odos significa camino. Por lo tanto el método es una “camino hacia”.

Diferentes autores plantean el concepto de método, a continuación me referiré al concepto propuesto por Ander Egg:


El camino a seguir mediante una serie de operaciones, reglas y procedimientos fijados de antemano de manera voluntaria y reflexiva, para alcanzar un determinado fin que puede ser material o conceptual.” [1]


Es decir, el método puede servir para alcanzar una estrategia conceptual, en donde aplica una serie de procedimientos lógicos con el fin de adquirir nuevos conocimientos sobre fenómenos observados y también puede servir para alcanzar una estrategia material o de acción, la cual consiste en aplicar una serie de procedimientos operativos que se interpretan en acciones y actividades humanas orientadas a la transformación de una determinada situación social.

Nuestra profesión, ha ocupado ambas estrategias para enriquecerse, ya que el método debe procurar poner su teoría en acción y esto sólo puede ocurrir empleando de manera correcta ambos recursos, así un método se trasforma en un instrumento que proporciona las herramientas necesarias para conseguir un objetivo o fin deseado.


“El método es un recurso analítico y operativo con que cuenta el Trabajo Social para enfrentar de manera racional los problemas propios de su ejercicio profesional. Dicho de otra manera, es un conjunto de razonamientos analíticos que respaldan acciones específicas y a través del cual se le asigna un fundamento racional a los distintos cursos de acción, constituyéndose en el sustento de la práctica profesional” [2]


Este método está vinculado a un dominio en específico, colaborando con medios para acceder al conocimiento de la realidad y así fijar maneras de actuar sobre ella.

Debemos tener presente que el método es una guía para empezar un camino, pero de ningún motivo es un camino cierto para llegar a un objetivo. Esto se debe principalmente a que existen muchas variedades de métodos producto de la incertidumbre que nuestro mundo moderno nos entrega. A través de la historia del Trabajo Social, nos hemos encontrado con diversos tipos de métodos; el de caso, comunitario y el de grupo. Todos estos han sido útiles en el sentido de que la ejecución de dichos métodos se han adaptado a las condiciones históricas a las cuales han pertenecido.


Dentro del método que ocuparemos, se distinguen diversas fases o momentos que hacen posible la realización de nuestros objetivos. En primer lugar distinguimos el estudio de la situación en donde se hacen análisis acerca de lo observado. El segundo momento señala el diagnóstico Social encargado de la descripción, clasificación, categorización y análisis de lo expuesto, en donde se construyen hipótesis o supuestos sobre la situación que se abordará. En tercer lugar se encuentra la Planificación de la Acción, cumpliendo principalmente el rol de diseñar planes de intervención, en donde se requieren repuestas profesionales. En cuarto lugar tenemos la ejecución o implementación que se encarga de seleccionar y priorizar planes que contribuyan a la puesta en marcha de la acción de acuerdo a fines específicos. En quinto lugar se encuentra la Evaluación y control en donde se realiza una valoración crítica de lo realizado, su objetivo es reflexionar y constatar los progresos y dificultades obtenidos para la realización de los objetivos últimos. Y en sexto lugar tenemos la Sistematización, encargada de reflexionar, analizar e interpretar sobre la buena ejecución de nuestro método.

Conociendo así las diversas partes que conforman el método, como Trabajadores Sociales debemos asumir a éste mismo como un proceso, y desde aquí replantearnos efectivamente el rol que cumplimos en nuestra sociedad, siendo necesario construir las bases para avanzar en la construcción de propuestas metodológicas, que enriquezcan al Trabajo Social de visiones integradoras que permitan estimular el desarrollo social y el crecimiento interno de los sujetos; ya sea individuos, grupos, comunidades u organizaciones. Para así en este siglo, superar las restricciones impuestas por teorías que no se encuentran dentro de la acción profesional y que sólo opacan nuestra intervención en la sociedad.

Muchas veces, la forma en que se llevan a cabo dichos métodos no son lo suficientemente correctos, por lo tanto el desafío principal que tenemos es reconfigurar los métodos del Trabajo Social, fortaleciendo el trabajo desde una perspectiva integracionista global que permita trascender los espacios microsociales de supervivencia, gesticulando su conexión con otros actores y escenarios para que así juntos enfrenten situaciones amenazantes para la sociedad.

Debemos tener claro que no existe un método que nos muestre el verdadero camino a seguir, son muchas las formas en que podemos conocer la realidad. Pero siendo así, debemos encontrar el método que nos lleve hacia una correcta intervención dependiendo del lugar en que nos situemos, y del momento histórico al cual pertenezcamos. A sí mismo, criticar a dichos métodos que más que ser contribuciones para la sociedad sólo son estancamientos y que no llevan hacia un camino en donde se pueda lograr la liberación del hombre de los males que lo afectan y no lo dejan ser libre.


“Dada la enorme multiplicidad de opciones (individuos y colectivos varios, ámbitos diversos, diferentes valoraciones éticas y conocimientos posibles), el Trabajo Social ha de ampliar sus horizontes epistemológicos y metodológicos, tradicionalmente nutridos de sí mismos. Ante esta situación de ensimismamiento no cabe otra estrategia que la apertura. Ello supone acudir a otras disciplinas y dejarse preñar por ellas. Este movimiento urgente debe realizarse preservando las propias señas de identidad profesional y el fango metal que representaría acabar sabiendo “nada de todo”, tan nocivo como la especialización a ultranza por la que se pretende saberlo “todo de nada”. Así, sólo así, el Trabajo Social podrá integrarse en el conjunto de las ciencias sociales aplicadas” [3]


Las tendencias contemporáneas de la acción social están basadas en la valoración de la subjetividad y el establecimiento de conexiones que permiten acercar los diversos mundos de la vida y de la realidad social. Por lo tanto debemos abrirnos a un sinfín de posibilidades, siempre eligiendo dentro de la inmersidad de caminos el que creamos correcto, donde podamos llevar a cabo el objeto que como Trabajadores sociales estamos encargados de transformar a partir de la relación con los sujetos, para así formar en ellos una correcta intervención y la conciencia verdadera que tanto necesita nuestra sociedad actual.


Quiero dejar en claro que mis objetivos en el presente artículo fueron relacionar los planteamientos epistemológicos con la importancia de entender el método en el Trabajo Social, para así analizar críticamente acerca de la mirada que como Trabajadores Sociales debemos adoptar en nuestro siglo. Como también reconocer la importancia de esclarecer un buen y adecuado método que nos lleve a conocer la realidad de una manera práctica y transformativa.


Bibliografía


[1] Ander Egg en Pedagogía Social y educación Social, Construcción científica e intervención práctica, Editorial Narcea, Madrid, 2004, pág. 188


[2] Vélez Olga, Reconfigurando el Trabajo Social, perspectivas y tendencias contemporáneas, Editorial Espacio, Buenos Aires, pág. 61


[3] Zamanillo Teresa-Gaitán Lourdes, Para comprender el Trabajo Social, Editorial Verbo Divino, Navarra, 2005, pág. 92

miércoles, 9 de septiembre de 2009

Una mirada acerca del proyecto Bicentenario y sus proyecciones en el futuro.


¿Podemos interactuar dentro de la acción profesional como Trabajadores Sociales en la ejecución del proyecto? ¿Proyecciones más bien populistas que realmente beneficiarias para la población?

A partir de los años noventa, con el establecimiento del “retorno de la democracia”; es en nuestro país donde se comienzan a tomar diversas medidas como forma de acrecentar la productividad y de formar una nación la cual se sustentara en el desarrollo y la tecnología; para poder llegar a conformar una patria plena, desarrollada, diversa e incluida. Es así como una serie de nuevos planteamientos comienzan a surgir y a desarrollarse en pro de esta nueva nación. Es específicamente en el año 2000 bajo el gobierno de Ricardo Lagos, en donde se convocó a un grupo de personas destacadas nacionales a asumir la tarea de estar a cargo de la conducción de un proyecto el cual guiaría a nuestro país a realizar las metas tan soñadas que he mencionado anteriormente.
Como forma de entender este proceso quiero dejar en claro que desde la vuelta de la democracia muchos especialistas sobre el tema han hablado del tipo de modelo que Chile posee como base para entender el nuevo proyecto que se estará gestando. Este es el caso del sociólogo Manuel Castells, el cual es enfático en su discurso, donde presenta a nuestro país como un modelo “democrático liberal incluyente” y que mantiene los mecanismos de mercado como forma esencial de asignación de recursos, en donde se implementan políticas públicas encaminadas a la inclusión del conjunto de la población. Nos reitera que Chile es una economía abierta y con intervención estratégica del sector público, pero que a su vez este esquema ha sido difícil de ejecutar en donde muy pocas veces se ha cumplido el principal objetivo.

“Este esquema no ha podido “solventar la herencia de desigualdad que se mantiene a altos niveles”, y que se manifiesta en la inequidad cualitativa en términos de acceso a la educación, en la persistencia de niveles significativos de pobreza (el autor subraya la sub-medición de la pobreza en Chile), en la persistencia de uno de los peores índices de desigualdad a nivel mundial (Gini), en un sistema de salud primaria insuficiente y carente de universalidad en la práctica, en servicios públicos ineficientes y de desigual acceso, en una ausencia de garantías desde el sector público hacia la vejez, y en la existencia de un sistema de AFPs (Asociaciones de Fondos de Pensiones) que opera como mecanismo amplificador de la desigualdad social”
(Http://nuevomundo.revues.org/index11212.html, domingo 06 de Septiembre, 18:30 hrs )


Es por todo esto, por el cual el nuevo proyecto vendría a intervenir en este paradigma y renovaría las bases para una mejor integración social. Llamándose así “Plan Bicentenario”. En enero del 2010 daremos la bienvenida a un nuevo año, el cual nos abrirá un sinfín de oportunidades, anhelos y sueños por cumplir. Pero ¿ Por qué es tan importante este nuevo año?, ¿Qué es lo que conmemoramos?. Chile celebrará dos siglos desde la conformación de la primera Junta Nacional de Gobierno que abrió paso posteriormente a su independencia como república. Para festejar, el gobierno chileno creó la Comisión Bicentenario, que trabaja en distintas obras para mejorar la calidad de vida en el país, y a su vez variadas políticas sociales de integración y de protección social que suponen ser integrativas para nuestro Chile moderno. Si bien este plan bicentenario cuenta con tres grandes áreas, tales como el cemento (referido a todas las obras que se construirán), las ideas (vinculado a la capacidad de reflexionar críticamente sobre el Chile que como ciudadanos queremos a futuro, el cual pase por la creación de oportunidades de desarrollo y calidad de vida para todos los chilenos, y las personas (aludiendo a la participación ciudadana y a la capacidad para intervenir activamente en la sociedad). Creo que es en estas dos últimas donde como Trabajadores Sociales debemos ser agentes de cambio y luchar para esperar al bicentenario como corresponde; preparándonos política y socialmente.

Cabe la discusión de que sí es el bicentenario el año en el cual se cumplirán nuestros sueños y esperanzas a través de este nuevo plan que tiene a todo el país alarmado. Los políticos de hoy en día, se llenan la boca hablando de proyectos que como país nos harán crecer y establecernos próximamente como una nación desarrollada. Es aquí donde radica el peso de sus propuestas. ¿Está Chile preparado para ser una nación competitiva?¿ Estos proyectos serán factibles para desarrollarse o sólo se trata de especulaciones y de sueños utópicos?.Hoy, las ciudades siguen concentrando muchas de las posibilidades de desarrollo, tanto personal como social, cumplen un rol fundamental en la integración y la convivencia entre los seres humanos, pero también debemos tener en cuenta que estos territorios muchas veces tienen enormes problemas de contaminación, deterioro ambiental, congestión y pobreza. Por lo tanto se debe intervenir previamente en estos sectores para poder ampliar proyectos sobre ellos, temas que como Trabajadores Sociales nos afectan y repercuten directamente, debido a que somos los encargados de intervenir en esta sociedad de manera de liberar al hombre de los males que día a día repercuten en nuestro mundo. Así es como se proponen obras que busquen mejorar las condiciones de vida de nuestras ciudades, mejorando el acceso e integración de distintos sectores de ellas a través de la construcción de infraestructura vial urbana además de protegerlas ante fenómenos climáticos adversos.
Se reconocen así más de doscientas obras que se desarrollan a lo largo de todo el país, iniciativas que buscan mejorar la calidad de vida de todos los chilenos, pero que a la vez repercuten en ellas muchas contradicciones; ejemplo de esto, puedo referirme a todo el dinero invertido que se destina a la zona turística, y al afán de popularidad de los proyectos, como son la construcción de estadios, parques, entre otros; donde podríamos partir por cambiar este enfoque y abrir paso a un mundo en donde se valore más la protección social, sólo así entraremos en un universo lleno de oportunidades a nivel global y así como Trabajadores Sociales ser capaces de plantearnos el sinfín de proyecciones que Chile podría preparar al futuro si sólo se manejara de forma correcta la repartición de los recursos.
El Bicentenario deja a Chile muchos desafíos por cumplir, aún más nos deja a nosotros como Trabajadores Sociales la tarea primordial de intervenir en nuestro mundo actual, desafiándonos a aumentar la cohesión y la equidad social, aspirando a una sociedad más equitativa, con igualdad de oportunidades y acceso a servicios de calidad para todos; debemos a su vez generar las instancias para que nuestro país abra sus senderos al desarrollo sustentable para que así Chile sea capaz de explotar responsablemente nuestros recursos naturales y así cuidar nuestro medio ambiente. Así también generando proyectos que aumenten el empleo y el crecimiento económico. Debemos acceder a una sociedad y economía basadas en la razón y conocimiento, para que junto a la educación podamos ser capaces de generar conocimiento científico y tecnológico y así ir superando los males que nos afectan como sociedad.

Son múltiples los desafíos que nos esperan por poner en práctica, pero debemos hacer que esta espera no sea en vano; nuestra tarea es concientizar a la población y poner en práctica las metas que nos propone el bicentenario y poder llegar hacia un 2010 en donde se comience a gestar la justicia, la diversidad y la cohesión en nuestro mundo actual.
Quiero dejar en claro que mis objetivos en este artículo fueron presentar de una manera reflexiva las caras del bicentenario e incentivar a la población chilena a informarse acerca del proyecto; ya que muchas veces la falta de participación de la ciudadanía en estos procesos claves se debe a la falta de información de los propios gobiernos. Además de dar a conocer y generar la reflexión de que debemos exigir una mejora en la forma de llevar las políticas sociales y a su vez enfocarnos en lo que realmente estas se refieren, ya sea salud, vivienda y educación.

“Que el Bicentenario, no sea sólo inauguración de obras, sino que también pensar qué nos quieren decir los padres de la patria. Hay que reflexionar como sociedad y volver a nuestras etapas fundacionales”. (http://www.ucv.cl/p1_rector/antialone.html?page=http://www.ucv.cl/p4_extension/site/pags/20090511162452.html, martes 08 de Septiembre, 16:04 hrs )

Estos deben ser los primeros pasos que nos lleven hacia la construcción de un mundo en donde nuestro objeto último sea la justicia social, esperemos entonces que gracias a nuestras herramientas podamos llegar a intervenir para lograrla.


Bibliografía

http://www.chilebicentenario.cl/
http://es.wikipedia.org/wiki/Bicentenario_de_Chile
http://www.ucv.cl/p1_rector/antialone.html?page=
http://www.ucv.cl/p4_extension/site/pags/20090511162452.html
http://nuevomundo.revues.org/index11212.html

http://www.mop.cl/oirs/preg_planeamiento.htm